El nombre propio masculino de Efrén es uno de los nombres cuyo origen proviene del arameo, siendo su significado: “El que da fruto”. Cabe señalar que se trata de una forma variante del nombre propio masculino de Efraín.

Efrén es un hombre un tanto complejo, por lo que se torna difícil de alcanzar. Es portador de una dualidad interesante, con polos opuestos, por una parte Efrén es combativo, apasionado, excitable e incluso con mal genio; mientras que por el otro lado se torna nervioso, tímido, abstraído y noble. Esta dualidad dota a Efrén de un magnetismo para la gente que lo rodea. Es un hombre al que le cuesta trabajo expresar su sensibilidad, frecuentemente se siente como incomprendido. Se le conoce también por ser apreciado, estético y puede llegar a tener cierta manía artística. Su dualidad se refleja en casi todos los aspectos de su vida, ya que puede pasar mucho tiempo trabajando sin descansar para luego pasar a un momento de total inactividad. Asimismo tiene un espíritu pragmático, es idealista y puede pasar muy fácilmente de un momento materialista a uno totalmente espiritual.

Efrén disfruta cuando es el centro de atracción, cuando brilla y cuando la gente lo admira. Es portador de una intelectualidad poderosa, por lo que tiende a estudios relacionados con la antropología, la astrología, la psicología e incluso en el conocimiento meramente espiritual. Cuando Efrén se enamora es poco sentimental, pero siempre se nota apasionado, ardiente y generoso.